Árboles ahogados debido a los desbordes del Pilcomayo y a la construcción de terraplenes que embalsaron las aguas y mataron el bosque del Chaco seco. De todas maneras la visión de estas estructuras retorcidas es un placer visual, siempre acompañado por el canto de las aves que pueblan en cantidades exageradas éste humedal.
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