La travesía al Maipo, a más de 4000m de altura, es una experiencia maravillosa, se circula por distintos ambientes geográficos hasta alcanzar el Cordón Frontal, primera barrera montañosa a atravesar, el camino avanza encajonado entre dos cadenas montañosas. A 3000 metros de altura la vegetación desaparece. A la derecha del camino aparece de repente la postal más asombrosa del viaje: en una extensa planicie se levantan millares de penitentes. El camino caracolea junto a vertiginosas cornisas que dan a un gran valle, no hay forma de vida aparente y rodeados de un puro pedregal se llega al Paso de los Paramillos, el punto más alto de la excursión, 3800 metros, cuando ya no se aspira a una cuota más de belleza paisajística, aparece la Laguna del Diamante al fondo de un valle y al pie del volcán Maipo (5323 m). El camino desciende hacia la laguna rodeada por extensos campos de escoria volcánica, ocres, marrones, turquesas, verdes, una vegetación lacustre roja, nieve eterna, y un cielo azul límpido nos regalan una de las postales más bellas de la región.
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