Se trata de una increíble planicie arcillosa blanquecina, casi sin declive, resto de antigua cuenca lacustre, que tiene 14 km de largo por 4 km de ancho. Estas características, sumadas al constante viento que sopla en el lugar, hacen de El Leoncito una pista perfecta para la práctica del carrovelismo, deporte no convencional que se practica con autos a vela (wind-cars) que corren empujados por el viento, cuya velocidad, cuadruplicada por la vela, puede alcanzar más de 135 km/h. A parte de esa sensación de vastedad inconmensurable, el borde O con sus montañas nevadas, te generan una extraña sensación de infinito vacío y enormidad maciza.
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