Fiambalá entró en los oídos del gran público gracias al París-Dakar y lo que significaba domar las Dunas del Tatón, ubicadas al NE de la ciudad, y en menor medida por sus afamadas termas. Pero realmente es centro de partida para llegar a lugares de infinita belleza, por ejemplo, si seguimos por ésta hermosa ruta asfaltada nos encontramos con el circuito de los seismiles, camino que conecta las bases de varias emblemáticas montañas con esa altura, y si nos dirigimos hacia el NE, Medanitos, pueblo tapado por la arena, las mencionadas dunas, y más allá, algo de otro planeta, el Campo de Piedra Pómez. Quién quiera aventura extrema, tiene en Fiambalá un pueblo con servicios completos como para hacer base y dedicarse solamente a recorrer sitios de otra galaxia.
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