La otra orilla, la calma lejos del trajín urbano de Rosario. Victoria te obsequia con cientos de imágenes, sensaciones y silencios, el río, sus centenarias casas con patios y trabajadas rejas, sus suaves colinas, sus pescados asados, y por sobre todo su gente, solidaria para con el extraño, amable, dispuesta a la respuesta ante cualquier pregunta.
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