La visión es tan real, que por algunos segundos dudé que fuera un reflejo, podía ser una pintura, una proyección, una gigantografía, el estómago del gigantón con el producto de su almuerzo, una visión lisérgica, o exceso de té de peperina, lo que sea conforma una visión muy atrapante, que cambía al más leve movimiento otorgándole vida propia
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