No dío para el baño completo, pero sí para una remojada de piés, relajante, desconcertante, quién era ese enigmático hombrecito gris dueño de una pileta y un géiser, no pude enterarme, pero si felicitarlo porque se creó un habitat envidiable, un verdadero lugar en el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario