Las 18 marca el tiempo de llegada a destino, 12 horas para recorrer 200km, con mares de piedra pómez, arenales amenazantes, huellas que desaparecen y te dejan a un paso de otra dimensión, cráteres de volcanes, una vega que devuelve el verde a nuestras vidas, precipicios preocupantes, rocas gigantes que obstaculizan el paso, un pueblo sacado de la imaginación de Lars Von Trier, 42 cruces del río que comienza siendo un cristalino arroyito, para terminar siendo un feroz cauce con rápidos a punto de estallar, el retome por fín a un camino normal con miles de florecitas que se sacuden tibiamente ante una brisa tardía, 12 horas de atención constante a una realidad que no consta en los mapas oficiales.
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