Luego de una caminata de quince minutos arribamos al mirador alto de Ciudad Perdida, extraordinaria formación moldeada por los vientos y el agua a través de cientos de miles de años, su orígen es el más antiguo con respecto a los tres niveles que ubicamos durante el recorrido, la visión sobrecoge, por la vastedad, las formas, los tonos con destellos rojizos, los grises y un toque verdoso producido por piedras molidas, al fondo siempre vigilante el volcán negro.
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