El ferrocarril y el puerto fueron las bases sólidas que sustentaron el crecimiento de la ciudad, la relación con el campo, una industria pesada afincada a fines de los 60 en las ciudades aledañas y el comercio derivado de tal crecimiento prosiguieron la consolidación que fue abruptamente detenida a partir de mediados de los 70. Los ferrocarriles y sus instalaciones siguieron dicho curso de la historia, con el agravante que hasta ahora no viven signo alguno de recuperación efectiva como puede notarse en otros ámbitos. La arquitectura ferroviaria se respira en muchos rincones de la ciudad, vaya un pequeño homenaje a la belleza de sus líneas, a sus hacedores y a quienes dieron lo mejor para sustentar una actividad, la ferroviaria, tan arraigada en nuestros sentires.
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