Laderas de arena ideales para el snowboarding, caen sobre el río Tatón que fluye manso y tranquilo entre tanto paisaje extremo. Continuamos viaje hasta la Puerta de Tatón para visitar el santuario del Cristo del Milagro, veneración que cada vez atrae más fieles, ahí nos convidan con un rico puchero criollo, en una prueba más de la generosidad de gentes que no conocen de desconfianzas o mezquindades, éramos viajeros llegados de lejos, modernos transhumantes en búsqueda constante.
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