En un momento el guía me pide la máquina de fotos y me dice, ya vengo, desapareció entre mundos alucinógenos y al cabo de unos minutos me dice ya está, saqué una foto, la vorágine de imágenes hizo que uno no tenga en cuenta que había retratado, en un momento me habló del guardián del Arco Iris, imágen que vilgila los colores del mundo de ensueño, palabras más, palabras menos ese fue el significado.
Ya de vuelta y al procesar las imágenes apareció en todo su esplendor un rostro entre bíblico y fantasmal, con una perfección de detalles que pasma, ruego que develar su faz no sea motivo de enojo, su misión es lo que importa.
Ya de vuelta y al procesar las imágenes apareció en todo su esplendor un rostro entre bíblico y fantasmal, con una perfección de detalles que pasma, ruego que develar su faz no sea motivo de enojo, su misión es lo que importa.
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